El viaje en soledad tiene un carácter introspectivo y desafiante que te sitúa frente a tus temores más primitivos y desvela la verdadera naturaleza de tus motivos.

Carente de excusas, de culpables y otros parlantes, el lápiz se desliza con total libertad transportando las palabras, los momentos, las imágenes… las sorpresas… las nuevas caras y nuevos lugares… nuevas luces… nuevas perspectivas…

¿Cómo crear sin descubrir? ¿Cómo crear sin sentir? ¿Cómo crear sin transportar las emociones hasta los extremos del abismo… de la satisfacción y la gloria… de la dejadez y la desidia…? Las 5 de la mañana en una calle oscura, las 10 de la mañana en una Piazza soleada…

Las imágenes toman forma con el vaivén del tren a lo largo de un camino fluído… Sin limitaciones. Sólo nuestras propias fronteras personales. Nuestra propia imaginación y nuestros miedos. Nuestras vergüenzas y nuestra propia ignorancia.

