Un mal diseño que
sobrevive al paso del tiempo.
Un mal estándar
Esta interfaz mundialmente extendida se utiliza para solicitar la asistencia de un ascensor en edificios de varias plantas.
“Hall Call”
Waygood Otis
1930
Dependiendo de la marca o tipo de ascensor, podemos encontrar distintos modelos, con distintas disposiciones y apariencias.
En este modelo tan particular, el diseño está compuesto por dos botones y dos flechas de dirección.
Historia
El ascensor tal y como lo conocemos en la actualidad, se debe en gran medida a la aportación del inventor estadounidense Elisha Graves Otis quien […]En 1852 inventó un dispositivo de seguridad que posibilitaba ascensores mucho más seguros, al evitar la caída en caso de rotura del cable de sujeción.[…] [2]
Pero los ascensores como medio de desplazamiento comenzaron a utilizarse mucho antes. […] First written report of an elevator came in 1st century BC when roman architect Vitruvius mentioned that Greek mathematician and inventor Archimedes has built his first elevator around 235BC […] [3]
La verdadera revolución comenzó con la invención de la propulsión hidráulica y la electricidad, que permitió a Alexander Miles dar un gran empujón al invento a nivel técnico.
Aunque el primer
Este sistema de llamada formado por dos botones, comienza a utilizarse por la empresa Waygood Otis en 1930 cuando revolucionan la tecnología del ascensor mediante la incorporación de todo tipo de automatismos. […] automatic doors, self leveling, and could remember multiple calls (before, lifts would just go to the floor chosen and if another floor was pressed while it was moving it would be ignored) […]
Funcionamiento
Cuando la persona usuaria pulsa uno de los dos botones de la interfaz, éste se ilumina para indicar que el ascensor está atendiendo la solicitud.
El ascensor almacena la solicitud, lo incorpora en su programa de subidas y bajadas, y acude cuando finaliza todas las paradas previas del trayecto. [4]
Una vez se abren las puertas, la luz indicadora se apaga de nuevo.
Las flechas situadas junto a los botones, pretenden incrementar la concretitud de la solicitud del usuario, de forma que el ascensor pueda programar el trayecto con el conocimiento de si el usuario quiere subir o quiere bajar. La orden podría resumirse en:
“Quiero que el ascensor me lleve hacia arriba”. Si el usuario pretende subir, el ascensor no parará si su dirección es la contraria.
De hecho, estos ascensores reciben la denominación técnica de “Destination-Oriented Elevators”, término que explica con bastante claridad su objeto.
El problema
Curiosamente, aún siendo uno de los sistemas más sencillos que existen, buena parte de la población no lo comprende de esta manera.
Gran cantidad de usuarios de ascensores asumen categóricamente que la flecha indica que el ascensor va a desplazarse en dicha dirección. La petición se traduciría en: “Quiero que el ascensor baje hacia mí”.
Esta confusión provoca situaciones bastante curiosas, en las que una persona que quiere subir se encuentra con que, el ascensor que aparece, continúa su trayecto hacia abajo.
De hecho, es motivo de discusión y mofa en multitud de sitios web en los que se discute e infravaloran las capacidades o egolatría de algunos usuarios: […] Estas personas sienten cierta empatía con el botón, se sienten igual que el botón, arriba o abajo, cosa que no merece ningún desprecio, pero sin embargo no sienten ninguna empatía por sus convecinos, que puede que estén sufriendo de una forma inimaginable por SU causa. […] [5]
Otras personas, que no acaban de comprender cuál es la función de cada botón, pulsan ambos para garantizar que el ascensor acudirá hacia ellos, independientemente de su dirección.
El vestíbulo de ascensores, carece de instrucciones que guíen a sus usuarios, por lo que parece que, los usuarios que comprenden su funcionamiento, han adquirido este conocimiento a través de otras personas o por deducción en alguna etapa de su vida.
Accesibilidad
Este sistema completo se encuentra regulado, y responde a distintas especificaciones que condicionan también su diseño. Se sitúa generalmente en el vestíbulo de acceso al ascensor, en la pared adyacente, a una altura que garantice su accesibilidad.
Como vemos, este diseño se presenta en diferentes modelos, en relación con otros elementos como indicadores de planta o indicadores de subida o bajada, que componen un sistema completo.
La calidad del diseño puede también variar desde una perspectiva de conjunto.
Crítica
Basándonos en los principios descritos en el Canon de Vignelli, podemos comparar este diseño con los puntos de referencia detallados, para valorar y evaluar la calidad del diseño planteado.
Semántica
Vignelli
En este caso, como la comprensión del público objetivo es bastante difusa, y a pesar de que el diseño cumple con su función final y tiene un sentido, podemos decir que desde un punto de vista semántico el diseño es erróneo o de baja calidad.
Sintaxis
Sin
[…] The consistency of a design is provided by the appropriate relationship of the various syntactical elements of the project: how type relates to grids and images from page to page throughout the whole project. Or, how type sizes relate to each other. Or, how pictures relate to each other and how the parts relate to the whole. There are ways to achieve all this that are correct, as there are others that are incorrect. […] [6].
En este caso, podemos valorar el diseño desde 2 puntos de vista: el sistema de llamada e indicadores de ubicación del ascensor, como un conjunto de elementos que pueden o no estar en sintonía, y la botonera de llamada, como un elemento individual de diseño con su propia entidad.
1 El
El sistema del vestíbulo de un ascensor está, generalmente, compuesto por 2 bloques: un indicador en la parte superior con el número de planta y la dirección del ascensor, y la botonera que hemos descrito.
Podemos decir que, dado que el mensaje de las flechas indicadoras es opuesto al de las flechas relacionadas con la botonera, la sintaxis del sistema no es demasiado buena, e incluso la relación de ambos elementos puede confundir más que aportar un beneficio a los usuarios.
2 La botonera
Existen distintos aspectos y disposiciones en el mercado utilizados para representar los botones de llamada, como podemos ver a continuación:

Desde un punto de vista visual, su sintaxis varía bastante de unos a otros, resultando algunos casos más equilibrados y coherentes [A], y otros más carentes de lógica, organización y criterio estético [B].
Pragmatismo
Cuando Vignelli habla de pragmatismo en el diseño, se refiere a la comprensión y utilidad derivada de ésta.
[…] Whatever we do, if not understood, fails to communicate and is wasted effort. We design things which we think are semantically correct and syntactically consistent but if, at the point of fruition, no one understands the result, or the meaning of all that effort, the entire work is useless. […] [6].
En el caso presentado, aunque el objeto en sí mismo tiene una utilidad y responde a ella, un porcentaje muy alto de las personas que interactúan con él no comprenden su funcionamiento.
Por este motivo, podemos decir que es uno de los principales puntos en los que el diseño fracasa, ya que su comprensión requiere un esfuerzo intelectual muy alto.
Teniendo en cuenta que este sistema debe resultar usable para cualquier persona, independientemente de edad, sexo, altura y limitaciones físicas o intelectuales, podemos cuestionar el pragmatismo de su diseño.
Disciplina
En lo referido a disciplina, el sistema de indicación y llamada se ajusta a una serie de parámetros y reglas que garantizan su accesibilidad, por lo que podemos decir que sí responde a este principio desde este punto de vista.
ADA Standards – Elevators and Platform (U.S. Access Board)
Igualmente, parece que de alguna forma se ha asumido la comprensión o funcionamiento correcto del diseño inicial, ya que ha perdurado durante el tiempo sin que se plantee una solución alternativa.
Desde un punto de vista crítico, un diseñador disciplinado debería replantearse cualquier diseño, por muy arraigado que se encuentre, y estudiar el efecto de la interacción de los usuarios con él.
Este proceso de análisis y comprensión elevado al detalle, sin duda forma parte de la responsabilidad del diseñador, y en este caso el resultado denota cierta carencia de esta disciplina.
Propiedad
Por lo que podemos deducir de la explicación de Vignelli, las propiedades y la relación de éstas con su contexto, pueden derivar en un resultado apropiado, o no, aspecto de gran relevancia en el diseño.
[…] During the post-modern time, the verb “to be appropriate” assumed the meaning of borrowing something and transforming it by placing it in a different context. […] [6].
En este caso, inicialmente parece que las propiedades sí responden a su contexto, y tal y como hemos comentado anteriormente, varían a nivel visual de unos ejemplos a otros, por lo que pueden valorarse de manera independiente.
Ambigüedad
Vignelli plantea la utilización de la ambigüedad desde un punto de vista positivo, pero teniendo siempre cuidado de no caer en la discontinuidad.
[…] intended as a plurality of meanings, or the ability of conferring to an object or a design, the possibility of being read in different ways […] [6].
Está claro que en este caso, el objeto de diseño tiene múltiples interpretaciones, pero su ambigüedad es fruto de la falta de detalle a la hora de diseñarlo, no de un esfuerzo por elevar el objeto a nivel intelectual o comunicativo.
Poder visual
No podemos decir tampoco que el diseño presentado resulte visualmente muy poderoso, ya que, según lo que comenta Vignelli en su guía, un buen diseño expresa conceptos claros de una manera potente.
[…] We think good Design is always an expression of creative strength bringing forward clear concepts expressed in beautiful form and color, where every element expresses the content in the most forceful way. […] [6].
Los botones de llamada deberían poder expresar el concepto de una manera muy clara, dada su sencillez y minimalismo, por lo que inicialmente puede parecer un diseño muy poderoso, pero analizando el resultado vemos que tampoco lo es.
Atemporalidad
Sin duda podemos decir que el diseño planteado, en este caso sí que cubre las necesidad de atemporalidad que Vignelli plantea.
[…] We are definitively against any fashion of design and any design fashion. We despise the culture of obsolescence, the culture of waste, the cult of the ephemeral. We detest the demand
Utiliza 3 formas muy básicas y atemporales, como son la luz como sinónimo de presencia o actividad, el cuadrado, como representación atemporal de botón, y la flecha, cuya forma tenemos interiorizada como dirección.
Responsabilidad
La responsabilidad del diseño quizá sea uno de los aspectos que más pueden engrandecer el trabajo de un diseñador y hacerlo relevante en la Sociedad.
Vignelli plantea la responsabilidad desde 3 puntos de vista, que deben tenerse en cuenta sin depreciar ninguno.
[…] As designers, we have three levels of responsibility: One – to ourselves, the integrity of the project and all its components. Two – to the Client, to solve the problem in a way that is economically sound and efficient. Three – to the public at large, the consumer, the user of the final design. […] [6].
En el caso planteado, podemos decir que el diseño es poco responsable o que necesita un reciclaje.
Desde el punto de vista de la integridad del diseñador, es la responsabilidad de uno cuestionar los juicios estandarizados para lograr una solución mejor.
Desde el punto de vista del cliente, es posible valorar una solución más económica, o un sistema que resulte más sostenible, sobretodo teniendo en cuenta que la falta de eficiencia provoca que el ascensor necesite consumir mucha más energía de la necesaria, para responder a solicitudes equivocadas.
Desde el punto de vista del usuario final, tal y como hemos comentado, el sistema proporciona una confusión que perjudica a muchos usuarios, ya que, el pulsar indistintamente provoca que el ascensor pare o se desplace sin necesidad.
Equidad
Con respecto a la equidad, Vignelli desarrolla su significado principalmente alrededor de la imagen corporativa, como la conservación de lo ya interiorizado, frente al cambio por el cambio.
Siguiendo este principio, es posible que, en caso de reevaluar el diseño planteado, sería equitativo mantener la entidad actual de los elementos.
Sin lugar a dudas es algo que forma parte ya de nuestra historia, y este hecho potencia el que el diseño sea más apreciado o percibido como algo mejor, aunque la conservación no siempre es un valor fomentado en el diseño.
En este sentido podemos ver como Otis ha reinventado por completo este sistema de llamada para rascacielos, mediante un interfaz también centrado en el destino, pero renunciando por completo a los aspectos clásicos de este diseño.
En la actualidad vivimos en una era en la que predomina la innovación, y todo lo disruptivo está tremendamente valorado.
Estamos reinventando la manera en la que nos comunicamos, la manera en la que gestionamos nuestras tareas y nuestro tiempo.
Pero quizá el considerar esta equidad que plantea Vignelli durante el proceso de diseño, nos obligaría a replantearnos la necesidad de crear algo nuevo y a valorar la relación entre coste y beneficio que implica el cambio a todos los niveles.